Casa Ladislada es mucho más que una casa rural; es el alma de nuestra familia, un refugio con historia y emociones. Ubicada en el corazón de Cella, a dos minutos de su emblemática Fuente, esta vivienda centenaria conserva el encanto de las casas de pueblo con vigas de madera originales, rehabilitada con esmero para ofrecer una experiencia auténtica y acogedora. Nuestro vínculo con esta casa nació en la infancia, cuando, yo, José Antonio, pasaba los veranos con mis padres, ambos de Cella. Aunque vivimos en Zaragoza, siempre ha sido un símbolo de mis raíces. Su nombre rinde homenaje a mi bisabuelo Ladislao, apodo cariñoso que mi padre usaba para mi madre, Carmen. En Casa Ladislada hemos puesto todo nuestro cariño para que cada huésped se sienta en casa, disfrutando de la calidez, la hospitalidad y la paz de este rincón único. Te invitamos a ser parte de su historia y crear nuevos recuerdos.